El libro de las sombras contadas (La espada de la Verdad)

terry goodkind la espada de la verdad first rule wizardVarias veces he hecho referencia en el blog al viaje del héroe, al monomito, como base evidente y sobreexplotada de la literatura fantástica y he señalado que a lo largo de los últimos años ha surgido una corriente que buscar revitalizar el género yendo mucho más allá de los trillados límites que marca esa estructura. Sin embargo debo insistir en que, a pesar de que es cierto que se produjo una cierta reiteración, el hecho de que una novela se ciña a ese esquema no tiene por qué restarle ni un ápice de calidad o de originalidad y una prueba de ello es la novela que reseño hoy, el primer volumen de la saga de «La espada de la verdad».

A priori la historia es típica a más no poder: un joven, Richard Cypher, se enfrenta a un acontecimiento extraordinario, su encuentro con Kahlan Amnell que está siendo perseguida por una cuadrilla de soldados, y acude en busca de ayuda y consejo a su viejo mentor, Zedd, quien le encamina hacia el cumplimiento de su destino. Todo muy normal, incluso predecible.

legend seeker leyenda buscador richard cypher kahlan amnell.jpgSin embargo, como digo, eso no tiene por qué restarle calidad ni tampoco, aunque sorprenda, originalidad. La calidad está en el propio texto, una historia bien llevada, acontecimientos interesantes, personajes carismáticos, descripciones bien medidas y suficientemente sugestivas, etc. y respecto a la originalidad reside sobre todo en el enfoque y es que Goodkind carga todo el peso de la trama en la responsabilidad individual, no se trata de que la sociedad sea o deje de ser perfecta sino de lo que haces con tu parte, puedes conformarte, culpar a otros (la más común) o tratar de mejorar tu pequeña parcela sin preocuparte de lo que opinen o hagan los demás. Este planteamiento supone una gran diferencia con respecto al más habitual del género, que suele combinar el colectivismo con los líderes mesiánicos, y es fruto de los posicionamientos filosóficos del autor, que se identifica con el objetivismo de Ayn Rand.

Probablemente uno de los puntos de la novela en los que ese planteamiento es más evidente son las normas del mago, una serie máximas que rigen la visión que los magos tienen del mundo y que son el hilo conductor de la saga, cada norma se imbrica con la trama de una de las novelas (aunque en España, como de costumbre, cada libro se dividió en dos) la primera de las cuales, que marca el desarrollo del primer volumen (o sea los dos primeros ¬¬) dice que «la gente está dispuesta a creer cualquier cosa, porque quiere que sea cierto, o porque teme que lo sea» y convendréis conmigo en que esa norma explica muchas cosas.

 

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