La novela de la que os hablo hoy es una de las que más me ha costado reseñar desde que comencé con el blog, es más, es una de las que más me ha costado leer desde que empecé con el género fantástico hace algunos años (no preguntes cuantos). No es que la novela esté mal escrita, que la trama no tenga interés, o que el worldbuilding no sea sugerente, es que, realmente, tiene el principio más agotador y descorazonador de leer que recuerdo, más incluso que «El trono de huesos de dragón», que ya es decir.
Me explicaré mejor, el libro está dividido en tres partes perfectamente delimitadas por la trama, el problema, es que la primera, en la que se presenta a todos los personajes es insufriblemente lenta, es más, a pesar de que ocurren hechos importantes y que deberían ser emocionantes, la prosa es sorprendentemente plana y anodina, en serio, he leído informes burocráticos con más garra. Se nota un profundo desapego por los personajes y sus vivencias como si no fuesen importantes, probablemente porque sólo están mostrándonos el informe montón de arcilla que el autor va a esculpir en las siguientes páginas. A eso hay que añadir una cantidad ingente de información y datos que, en ocasiones, no sabes como ordenar en un esquema coherente y que, al mismo tiempo, hay veces en las que el autor se permite señalarte que acaba de ocurrir algo importante, algo que explicará un par de capítulos después y, he de reconocer, lo encontré bastante irritante.
Sin embargo el estilo cambia notablemente en la segunda parte, aquí los personajes están más vivos, son más cercanos y carismáticos, incluso es posible, por fin, empatizar y sentirte identificado con ellos. Por otro lado, la acción sigue siendo interesante, y las nuevas informaciones, presentadas de una manera mucho más natural, permiten poner en su sitio algunas de las piezas que no habías sido capaz de ubicar en la primera parte. No obstante, también hay que señalar una parte negativa, y es que en esta fase la novela sigue sin sorprender y, lo que es aún peor, en varias ocasiones parece avanzar a golpe de Deus ex machina.
Probablemente a estas alturas de la reseña te estés preguntando si merece la pena leer el libro, yo mismo me lo preguntaba y eso que llevaba más de quinientas páginas leídas, pero, por fortuna, llega la tercera parte y aquí vuelve a producirse un notable cambio en la novela. La trama se agiliza, el lenguaje cambia totalmente, Durham logra, por fin, que te sumerjas totalmente en la historia y desees saber lo que pasa a continuación, porque, en este punto la novela comienza a ser no, ya interesante y emocionante, sino, también, sorprendente hasta el punto de que, de una vez por todas, pude leer por auténtico placer y, sinceramente, me quedé con ganas de más. El problema es que mucha gente no llegará hasta este punto, lo que es una lastima.
Esta diferencia de estilos probablemente haya sido cosa del autor (intencionadamente o no) pero también puede explicarse en parte por la existencia de dos traductores, lo que se nota en algunos cambios menores (por ejemplo la droga llamada vapor pasa, de repente, a denominarse niebla) en cualquier caso, la traducción no ha ayudado a hacer la novela más atractiva, todo lo contrario, de hecho debo admitir que, cuando estoy leyendo, me desconcentra bastante descubrir errores de traducción, y en este libro los hay, incluso se cuela algún false friend.
Sobre el worldbuilding decir que es interesante, detallado (a veces demasiado) y bastante sugerente, la idea de un imperio que usa la droga para mantener al pueblo esclavizado, una droga que consigue intercambiándola por niños con una desconocida potencia extranjera es un magnífico punto de partida, sin embargo, da la sensación de ser un conflicto realmente desaprovechado, aunque puede que sea porque es la primera novela de la saga.
Por último, tengo que señalar otro «problemilla» de la novela, aunque en versión original se ha publicado la trilogía completa, en España sólo se ha publicado el primer volumen, y todo parece indicar que no se publicará ninguno más, por lo que si quieres leer la trilogía completa tocará, otra vez, hacerlo en inglés.